La basílica de San Neophytos, un tesoro en el fondo del Lago Iznik
El hombre lleva muchas décadas tras la pista de antiguas civilizaciones. Podemos entender que a día de hoy los descubrimientos de monumentos antiguos enterrados por el paso del tiempo y la naturaleza sean menos común que antes, a la vez que más sorprendente y valorados.
La basílica de San Neophytos en el Lago Iznik, en la provincia de Bursa, es uno de esos descubrimientos recientes (2014) que han sorprendido a investigadores y científicos. Un lugar que ha pasado desapercibido de forma incomprensible durante siglos y siglos de desarrollo tecnológico.
Se trata de las ruinas de una basílica del siglo V construida en lo que actualmente es el Lago Iznik en Turquía, justo al lado de la orilla de la antigua ciudad de Nicea. ¿Cómo pasaron desapercibidos en esa ubicación? Lo cierto es que es algo que se escapa por completo a la razón, pues podemos entender que la profundidad en esa parte del lago, su orilla, no es tanta como en el centro del mismo donde se alcanzan los 80 m de profundidad. Así, estas ruinas han sido descubiertas en 2014 gracias a la sesión de fotos áreas que se practicó en esta región de Turquía.
El descubrimiento, que ha sido considerado por el Instituto Arqueológico de América como uno de los mejores descubrimientos realizados durante el último año, nos da la oportunidad de disfrutar de una basílica bizantina con unas características arquitectónicas relativas a los primeros tiempos de dominio cristiano.
El propio jefe del departamento de arqueología de la Universidad de Uludag, el profesor Mustafa Sahin, declaró a los medios que este lugar fue descubierto tras una sesión fotográfica que intentaba explicar el acervo cultural e histórico de esta zona del país.
Tras observar las ruinas en las fotos, un grupo de investigadores se apresuró a conocer más de cerca este lugar. Así, el grupo encontró clavado en las ruinas de la basílica el nombre de “San Neophytos”. Al parecer, se trata de un santo venerado entre los devotos cristianos por aquella época. Fue un santo torturado y asesinado por los soldados romanos en el año 303, 10 años antes del famoso Edicto de Milán, el cual liberó finalmente el cristianismo.
Todo parece apuntar que la basílica está construida en el lugar exacto en el que este santo perdió la vida. Asimismo, la presencia de una gran cantidad de piedra diseminada indicaría que la estructura se vino abajo como consecuencia de un terremoto.
Sin duda estamos ante algo importante, algo que según Mustafá Sahin no comprende no pudiera ser visto por nadie más antes. Así, esta basílica sumergida está destinada a convertirse en los próximos años en un museo arqueológico subacuático.
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Foto vía: recortesdeorientemedio

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