La cerámica esmaltada, de Bursa para toda Turquía
Bursa es una provincia de Turquía ubicada al noroeste de la Península de Anatolia, y al sudeste del Mar de Mármara; con sus 135 Km. de costas, es un destino ideal para el turismo activo, con su estación de esquí en Uluda?, donde se halla su pico más alto y que es también un Parque Nacional, y los impactantes lagos de Iznik y Uluabat.
Pero cuando llegamos a la ciudad de Bursa nos deslumbran sus edificios con paredes cubiertas de azulejos esmaltados de excelente calidad, que alcanzan su máxima expresión por ejemplo en la Mezquita Verde o el complejo de santuarios Muradiye.
Negro y blanco, azul y blanco, una increíble variedad y riqueza de diseños, la técnica de la “cuerda seca” que recorrió el mundo, le han otorgado fama mundial desde los tiempos más remotos.
Los azulejos esmaltados de Bursa son superiores incluso a los de otros centros de renombre como Kütahya o Edirne, y las excavaciones arqueológicas han demostrado que los azulejos de Bursa sirvieron como ejemplo a los que más tarde se produjeron en estas ciudades o en Estambul.
Podemos encontrar cerámica vidriada esmaltada en un solo color, utilizada como revestimientos, en mezquitas, madrasas y mausoleos, de color blanco amarillento con líneas de color. Para interiores y sarcófagos se empleaban azulejos de forma hexagonal, en blanco y negro, con diseños geométricos. Los de las tumbas llevaban un estampado en oro, como se puede ver en la madrasa Karatay en Konya; el oro se incrustaba y se cepillaba a bajas temperaturas, pero muy pocos de éstos han llegado hasta nuestros días.
Los revestimientos de los edificios del siglo XV se hicieron con la técnica de la “cuerda seca”, con diseños sofisticados y coloridos, como en la madrasa de Murat II construida en 1425. Los colores más utilizados eran azul turquesa, blanco, negro, pistacho, amarillo y oro, bordeados en negro o rojo.
Según esta técnica, los esmaltes eran aplicados en capas y una pasta de cera de abeja y manganeso evitaba que los colores se mezclaran. Un método muy parecido se utilizaba en España, donde se demarcaban las curvas con un material que luego resultaba destruido durante el proceso de cocción. Así podían elaborarse complejas composiciones con motivos vegetales y caligráficos.
La técnica del esmaltado en color es muy antigua; fue traída por maestros de Tebriz, Samarcanda y Bujara en el siglo I; inclusive los maestros ¡dejaban su firma en los revestimientos! Por ejemplo la Mezquita Verde lleva la firma de un artesano de Tebriz…
Párrafo aparte para los esmaltados en blanco y azul: forman un grupo especial dentro del arte otomano, ya que esta técnica sólo se había utilizado durante el período selyúcida. Los colores se aplicaban sobre fondo blanco y raramente a la inversa, sin embargo se han encontrado en los Baños Demirta? de Bursa, similares a la porcelana china de la dinastía Ming.
Foto: Cultura de Turquía

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