La provincia de Mardin, en la Ruta de la Seda
Esta mágica provincia se encuentra en la Región Sudeste de Anatolia; viajar a Mardin es viajar al pasado y reencontrarse con la historia más remota; con sus nueve mil años de historia y el tiempo detenido en sus mezquitas, templos y mausoleos. Se encuentra en la histórica Ruta de la Seda y es muy fácil llegar en autobús, con el ferrocarril que llega hasta Siria, o en avión, desde el Aeropuerto de Estambul haciendo la transferencia a Ankara.
Su capital es la ciudad de Mardin, y la segunda ciudad en importancia es Midyat, una ciudad-museo, de la época medieval, con sus mansiones de piedra, conocida por el trabajo exquisito de artesanos de la plata llamados telkari de los cuales ya quedan muy pocos maestros.
Aquí podremos visitar el monasterio de Deyrulumur, construido en el siglo IV y privilegiadamente conservado; albergó una rica biblioteca y escuela de teología. Midyat es también muy conocida por sus productos naturales, el llamado «Melón de Rusia» que solamente se cultiva aquí en toda Turquía y sus uvas de la más exigente calidad del mundo.
Hay mucho para ver y hacer en Mardin, como conocer sus cuevas, visitar su castillos y antiguas ruinas, entre éstas las de Dara, en la aldea de Oguz que fue la ciudad más famosa de la antigua Mesopotamia; se conservan casas cavadas en la roca, el bazar, instalaciones del puerto y una antiquísima presa de agua.
Mardin fue un importante centro religioso, y actualmente es una meca del turismo religioso; importantes templos en la ciudad y en toda la provincia esperan a los seguidores del espiritualismo, con impactantes estructuras como la Mezquita Ulu, iglesias bizantinas como la de Meryem Ana, con sus preciosos decorados, el monasterio de Deyr Ul Zaferan, que alberga una Biblia de gran valor histórico y una piedra sagrada de la mezquita que fue la primera Escuela de Medicina.
En la ciudad de Mardin podremos visitar el Museo, que se encuentra en la Avenida Cumhuriyet, al lado de la escultura de Atatürk. Fue una iglesia y tuvo varios usos hasta que el Ministerio de Cultura la abrió como Museo en 1995. Es un edificio construido en piedra caliza, con adornos únicos en sus interiores. Se exhiben hallazgos realizados en las cuevas y excavaciones arqueológicas, que datan de los años 7000 a 5000 a.C. como objetos de culto, joyas y herramientas.
No dejemos Mardin sin probar sus especialidades gastronómicas como kibbe (albóndigas de carne cruda), sucuk (salchicha con nuez), halvah y otros postres con nuez. Si desean un recuerdo de su visita, elijan una artesanía en plata realizada por los maestros telkari, y para conocer mejor su cultura y el estilo de vida de sus habitantes, lleguen cuando se celebra la Fiesta de la Cereza.
Foto: Wiki Commons

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